lunes, 10 de diciembre de 2012

DEMOCRACIA

Un intento. Eso era la democracia hasta 1982. El intento de construir un país moderno, con movilidad social, apegado a la ley, en donde las decisiones no descansen solamente en las manos de la oligarquía y soberano, de Hipólito Yrigoyen. El intento de lograr una Argentina con una clase obrera digna y protagonista, generadora de derechos, en donde las decisiones no descansen en manos de la oligarquía y con profunda justicia social, de Juan Domingo Perón. El intento de generar desde este rincón del cono Sur un ámbito con respeto a la constitución, defensa de nuestros intereses económicos y culturales, en donde las decisiones no descansen en manos de la oligarquía y con el consenso como generador de los cambios, de Arturo Illia.

Con logros y con frustraciones, con la misma facción de poder permanentemente en contra, sus presidencias terminaron de forma abrupta, sin llegar al fin de su mandato y producto de intervenciones militares con apoyo de algunos sectores de la sociedad.

Un realidad. Eso es la democracia desde 1982 hasta acá. La realidad que se refleja en 29 años de este sistema de forma consecutiva. Y no refiero "29 años de estabilidad democrática" porque siempre debio defenderse de distinto ataques, porque la oligarquía (en mayor o menor medida, de acuerdo a lo "pro-establishment que sea el gobernante de turno) continua reclamando que las decisiones descansen en sus manos. Se lo reclamaron e hicieron tambalear el gobierno Raúl Alfonsín con los ataques perpetrados por la corporación eclesiástica, militar, agroeconómica y sindical; se sintieron cómodos y en su salsa bajo el neoliberalismo; con los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández los reclamos se multiplicaron (con la propaladora mediática a favor), pero también se evidencio su debilidad, el coto que finalmente significa la democracia para algunos sectores con voracidad infinita. Tiempos contradictorios, es cierto, pero llenos de cambios

Hace poco el represor Jorge Rafael Videla en una entrevista dijo "Con los Kirchner llego nuestro peor momento", finalmente: juzgado, condenado, preso, sin privilegios, repudiado, sin leyes que le aseguren impunidad, sin honores, sin indultos, aun conserva el derecho a ser escuchado y decir lo que quiera. Parece que entendió que es la democracia. La primavera de los pueblos.

GRUPO 83