martes, 30 de octubre de 2012

Charla Soberanía y Petróleo


El continente latinoamericano advertirá en su extremo sur, en décadas próximas, el resplandor de una poderosa nacionalidad que, honrando sus antecedentes históricos, estará siempre al servicio de la justicia, del derecho y del mejoramiento social. (…)

Tendemos a industrializarnos y en este nuevo derrotero, el petróleo tiene una importancia fundamental e irremplazable, y el crecimiento y progreso de la Nación, será tanto más grande cuanto más firme mantenga ésta en sus manos el control de sus yacimientos petrolíferos, es decir, cuanto más sometidos a su fiscalización efectiva estén los grandes truts que explotan en el país al combustible líquido, pues si esa fiscalización fuera difícil o imposible de efectuar, más conveniente sería para la tranquilidad económica y política del país renunciar a la cooperación del capital extranjero.

Los grandes trusts son organizaciones insaciables, difíciles de dominar una vez que han tomado posesión de las tierras y se les han acordado facultades o derechos.”

Estas palabras fueron pronunciadas por Enrique Mosconi en febrero de 1928 durante una conferencia en la Universidad de Mexico conocida como “La Nacionalización del Petróleo”. Hace unos meses los argentinos hemos recuperado YPF gracias a la voluntad del gobierno nacional. Este primer paso, que deberá ser profundizado, es fundamental para la reconstrucción de la soberanía argentina en el marco del creciente proceso de integración latinoamericana.

Nuestra América nos reclama la voluntad, las iniciativas y una militancia a la altura de nuestros pueblos.

Altura que vimos en el contundente triunfo de Hugo Chávez el pasado domingo 7 de octubre. Ejemplo democrático de soberanía y emancipación ante los embates corporativos e imperiales que buscan detener los vientos de cambio que recorren a nuestros pueblos.

Las clases del privilegio y sus redes mediaticas usan a Chávez como una especie de “cuco rojo”, un mal ejemplo que los pueblos no deben imitar. Son los mismos de siempre, los que una y otra vez han denostado a la democracia, a los que siempre les ha molestado el olor a pueblo.

Algunos no pueden o no quieren entender el triunfo de Chávez, los que no ven que en 1998 había un 50,4% de pobres y un 20,3% de pobres extremos, mientras que en 2011, la cifra bajó al 31,6% y al 8,5%, respetivamente, según datos de un diario insospechado de “chavismo” como El País de España.

Pero los pueblos tozudos y tercos, caminan y caminan, a sus ritmos, con sus contradicciones, con sus tiempos. Mientras tanto, los que quieran, los “distraídos” de siempre, pueden mirar para un costado, el resto seguiremos militando por la concreción utópica de esa Patria Grande.

GRUPO 83