jueves, 9 de agosto de 2012

Editorial - PXP BREITENSTEIN

Hoy le vamos a proponer a los oyentes de PalabraxPalabra un simple ejercicio: imaginar una ventana. Cada uno podrá armarla a su gusto, de cualquier material y color, de la más diversas formas. Nosotros casualmente, o no tanto, optamos por una ventana alta, de madera, con postigos de hierro, como esas que cualquier bahiense puede observar en la fachada del palacio municipal de Alsina 65.

Ahora se preguntarán ¿por qué hablar de un objeto inanimado en un programa político? Tampoco es mera casualidad, para nosotros simboliza como síntesis la administración de Cristian Breitenstein. Un Intendente que entró por la ventana luego de un golpe de palacio urdido a espaldas de la ciudadanía y se fue por otra ventana como ministro de la producción del gobernador Scioli.

Con la actitud adoptada en el mes de diciembre, al pedir licencia en su cargo para asumir como ministro sciolista, demostró una vez más su poco apego por la democracia. No sólo fue una bofetada a quienes lo habían elegido como Intendente, fue una burla general al sistema demócratico por el que nunca manifestó demasiada simpatía. Cabe recordar que no sólo fue un continuo propagandista de la “teoría de los dos demonios” al hablar de “guerra” en vez de terrorismo de Estado, también fue un militante activo en el pedido de baja de la edad de imputabilidad de los menores.

Sentado en el sillón de Bordeau encabezó una administración de claro corte neo conservador, nutriéndose de hombres provenientes de la vieja UCEDE, con consejos cotidianos de Vicente Massot, bendecido por la corporación económica local y protegido por el periodismo hegémonico de la ciudad. Durante esos años sobrevoló cada vez con más fuerza el nombre del dirigente político al que le debió su llegada a la primera magistratura local: Dámaso Larraburu.

Por momentos parecía que la ciudad le quedaba chica y que los bahienses le debíamos gratitud a quien en “actitud sanmartiniana” volvió desde Alemania para encargarse del descalabro que asotaba al pago chico. Lejos de esta postal Cristian vino a garantizar los negocios de lo sectores económicos más concentrados de la ciudad contando con el complice acompañamiento del multimedio de La Nueva Provincia y medios satélites.

Quién vino a dar“seriedad a la ciudad” terminó con uno de los mayores escándalos de la mano del afamado COPROTUR. Quién venía a traernos el mejor sistema de transporte del país terminó justificando lo injustificable con una crisis sin precedentes, las quejas masivas de la ciudadanía y el Grupo Plaza expulsado. Quién vino a ofrecer “prolijidad” avaló e intentó garantizar los negocios de una minoría a costillas del cuidado ambiental y el desarrollo integral de los bahienses con el proyecto de Dragado en Cerri.

Ya hemos dicho que el desmanejo del COPROTUR pinta de cuerpo una gestión capaz de valerse de cualquier artimaña para conservar el poder político y garantizar sus negociados. Aspecto que acaba de quedar claro cuando la comisión investigadora del HCD determinó en las conclusiones de su informe que“los dichos de quienes aceptaron la invitación del HCD y la documentación colectada muestra que en la práctica existieron “dos COPROTUR”. Uno donde el directorio proponía y debatía sobre transformar a Bahía a Blanca en ciudad de encuentro y convenciones y otro donde la Presidencia y Tesorería tramitaron las cuantiosas sumas en concepto de subsidios con el fin de llevar adelante en período electoral, contrataciones de artistas y espectáculos”

Ya pocos pueden hacerse los distraídos, queda en manos de todos los bahienses deteminar de una vez si se quiere que las riendas del destino general de la ciudad estén en manos de la ciudadanía o continúe a cargo de los mismos de siempre.


GRUPO 83