jueves, 7 de junio de 2012

GIROTTI - Editorial - TXT


la dictadura implementó, paralelamente, un orden legal de facto mediante el cual pretendió otorgar ‘legitimidad’ a su accionar. A pesar de que muchos de los integrantes del Poder Judicial fueron destituidos de sus puestos, encarcelados y en algunos casos asesinados, la dictadura no ‘fundó’ un nuevo Poder Judicial, sino que se montó sobre la estructura ya existente, maximizándola en función de sus propios objetivos e intereses.”

De esta forma Lucía Castro sintetiza el entramado judicial de la última dictadura cívico - militar en su artículo “La deuda pendiente: cómplices y garantes de la dictadura”. En nuestra Bahía Blanca esta historia de íntimas complicidades tuvo nombres propios. El juzgado encabezado por Guillermo Madueño fue la pata legal de la represión en nuestra ciudad entre 1975 y 1978.

Como bien señala el periodista Diego Martínez “El juez Madueño era el encargado de rechazar los hábeas corpus presentados por los familiares de los secuestrados, entregarles los cadáveres ametrallados o calcinados, ordenar seccionar las manos de los supuestos NN para luego simular su identificación y por fin sobreseer y archivar en tiempo record las causas por los fusilamientos que las Fuerzas Armadas difundían como enfrentamientos”

Es ya conocido que el propio general Vilas reconoció que Madueño se reunía durante la dictadura en la casa del general Azpitarte, Jefe del V Cuerpo de Ejército. Las propias palabras de Vilas fueron claras: “Mi relación era con el juez federal de esta ciudad, doctor Guillermo Federico Madueño. Nos reuníamos en compañía de nuestras esposas en el domicilio del general Azpitarte, ubicado en el barrio Palihue. Las señoras se iban al comedor mientras el juez, el general y yo permanecíamos en el living conversando secretamente de todo lo que acontecía en la subzona 51 contra la subversión y el terrorismo, lo que dio intervención al doctor Madueño a hacer la investigación en la Universidad Nacional del Sur.” Vale recordar que los secretarios del Juzgado Federal N° 1 por esos años fueron el Dr. Hugo Mario Sierra y la Dra. Gloria Girotti.

El pasado miércoles 23 de Mayo, el Consejo Superior Universitario de la UNS, institución en la que Girotti se desempeña como profesora, dio continuidad por unanimidad al expediente por el que se consustanció el pedido de elevación a Juicio Académico iniciado por numerosos docentes y alumnos. Girotti tiene una serie de imputaciones en su contra por delitos de Lesa Humanidad, lo que ha llevado al fiscal Abel Cordoba a pedir su detención. 

La Universidad Nacional del Sur pareciera tener una actitud esquizofrénica ya que hace doce meses había revalidado por siete años los cargos docentes de la abogada. De la misma forma que mantiene sin problema alguno en sus cargos a personajes vinculados estrechamente con la noche dictatorial, mientras que en la sede de Colón 80 se lleva a cabo el juicio a los genocidas.

Por momentos pareciera que la Universidad nunca fue exorcizada del fantasma de Remus Tetu…

GRUPO 83