“crímenes
contra la gente, crímenes contra la naturaleza: la impunidad de los
señores de la guerra es hermana gemela de la impunidad de los
señores que en la tierra comen naturaleza y en el cielo engullen la
capa de ozono. Las empresas que mas éxito tienen en el mundo son las
que mas asesinan al mundo; y los países que deciden el destino del
planeta son los que más merito hacen para aniquilarlo”
Eduardo
Galeano comienza de esta forma el capítulo “La
impunidad de los exterminadores del planeta”
en su libro Patas Arriba, como una buena síntesis de la lógica del
capital que impera en nuestros tiempos. Como sucede en gran parte del
planeta, el capitalismo avanza por sobre los pueblos y por sobre la
misma naturaleza. Quienes pagan los platos rotos del supuesto
“progreso”
son los mismos de siempre, los eternos desposeídos, los de abajo,
los sin voz….
América
Latina vive tiempos de cambio, que no están exentos de
contradicciones. De la misma forma en que se observa un aumento de la
conciencia ambiental con la consagración de los derechos de la
Tierra como se observa en Bolivia, aumentan a su vez las protestas
populares para alertar sobre las consecuencias que traerían
aparejadas proyectos que poco tienen de “sustentable”,
amparados meramente bajo la lógica rentística, aunque hablen de
“responsabilidad
social empresarial”.
La megaminería es un claro ejemplo.
Nuestra ciudad no es ajena al mapa general de la región. Trazada
desde hace años bajo los intereses de las empresas multinacionales,
estamos inmersos en un proyecto industrial ajeno a las necesidades de
un desarrollo nacional autónomo y que tenga como horizonte el
bienestar social de la comunidad. Se da así la paradoja de una
ciudad con un gran entramado industrial y que cuenta a su vez con la
taza de desocupación más alta del país.
.
En
los últimos meses el “No
al dragado” se
convirtió en una consigna levantada por vastos sectores de la
sociedad bahiense, logrando colocar la problemática ambiental en la
agenda política local. Estudiantes, profesionales, vecinos
unificaron su voz para rechazar un proyecto que traería un impacto
ambiental irreversible en los humedales y en el estuario en general.
Hoy
se nos propone un nuevo proyecto vinculado con la problemática
energética que atraviesa nuestro país. El lunes pasado se realizó
una Audiencia pública, en instalaciones de la Universidad Nacional
del Sur, para informar sobre la instalación de la Termoeléctrica
“Guillermo
Brown” en
General Daniel Cerri.
Necesariamente
se nos abren una serie de interrogantes: ¿Contribuirá a solucionar
realmente y a largo plazo las falencias energéticas de la matriz
actual? ¿Qué relación tiene con la llamada “tercera
fundación”?
¿Cuál es realmente el impacto ambiental que producirá? Los puestos
de trabajo que se generarían ¿ayudarán realmente a la comunidad
cerrense? ¿No existen otros proyectos que produzcan trabajo digno y
con menor costo ambiental? Como de costumbre el poder corporativo
esquiva las respuestas y sólo nos ofrece falsas promesas…
GRUPO 83