El
cartel rojo sobre el edificio de la Corporación del Comercio y la
Industria en calle Alsina ya es parte del paisaje bahiense. REX se ha
convertido en una de esas palabras claves para entender la actual
matriz de poder que maneja nuestra ciudad. Otra palabra, de aparición
más reciente, COPROTUR, va camino al mismo destino…
Una
primera vista del sitio web de REX Publicidad es significativa. Entre
“quienes
los elijen”
figuran Solvay, Profertil, Grupo Plaza, Bonacorsi, Mega, la
Corporación de Comercio, la industria y servicios de Bahía Blanca,
DOW, la Bolsa de Comercio, el Consorcio del puerto, etc.
A
esta cartera de clientes se le suma la Municipalidad de Bahía
Blanca. El manejo de pauta oficial ha sido uno de los temas que menos
debate público ha tenido pero que se convierte en sintomático a la
hora de comprender y analizar porqué pasan determinadas cosas en
nuestro pago chico. Al mismo tiempo sirve para entender algunos
silencios que hablan por sí mismos.
La
millonaria pauta oficial es manejada con total discrecionalidad desde
el departamento ejecutivo, contratada de forma directa y sin
licitación. Según publicara el periódico Atico en su edición
número 83, la municipalidad ya pagó 1.900.000 pesos sin consulta
alguna a la empresa REX en lo que va del año.
Subyace
así una lógica perversa del manejo de lo público, una apropiación
del Estado, en el que se maneja lo público como lo privado, en el
que se colocan objetivos de lucro por sobre el objetivo del “bien
común” que debiera ser primordial en toda administración
política. A esta privatización de la polis, por la que se accede a
determinados espacios de representación sólo para garantizar
negocios de las corporaciones, se le suma la tergiversación de la
función de la pauta publicitaria estatal.
El
Estado, en este caso el municipal, debería mediante la pauta dar
publicidad a los actos de gobierno para que la ciudadanía este al
tanto y demarcar campañas de interés cívico. Hoy bajo meros
slogans marketineros sólo se hace publicidad partidaria, mediante un
uso indebido del dinero público. En su momento toda la cartelería
estatal del municipio fue cambiada a color naranja para asimilarla a
la publicidad del sciolismo, moda iniciada por el amarillo PRO en
Capital Federal bajo los consejos del publicista todoterreno e
imputado Duran Barba.
La
Ley de Medios de la Democracia que vino a remplazar un decreto de la
última dictadura genocida, y que ha sido demorada por trabas
judiciales de las corporaciones mediáticas, abrió un gran debate
sobre el rol del periodismo, el estado democrático y las empresas
periodísticas. Los monopolios que impiden la pluralidad de voces y
que construyen agenda acorde a los intereses concentrados han tenido
un vasto desarrollo en Bahía Blanca. Con La Nueva Provincia y
LU2 a la cabeza, un grupo de periodistas y medios han servido
gentilmente a la administración larraburista, prestando servilmente
sus plumas y cobrando sus tareas mediante pauta oficial y otros
favores.
Es
tarea de todos que las voces alternativas y contra hegemónicas ganen
más espacio.
GRUPO
83