viernes, 22 de junio de 2012

CAMIONES DE TEFLON



En estas últimas horas los argentinos vimos como Hugo Moyano decidió sincerar el quiebre de la relación con el kirchnerismo. Utilizó para ello un reclamo noble y legítimo, pero empleando una metodología destituyente y cuasi golpista. Postales desestabilizadoras que retrotraen automáticamente a las tomas de fábrica durante el gobierno de Arturo Illia y a los paros salvajes de la CGT contra Raúl Alfonsín que armaron el golpe de mercado de 1989.

Desde hace unos meses es evidente la maniobra corporativa por generar una especie de clima de malestar social. El único objetivo: minar la legitimidad de un gobierno elegido por el voto popular. Al regreso sin éxito de la protesta de las corporaciones agrarias y a los cacerolazos made in Recoleta se le suma ahora el paro de la burocracia sindical.

Al margen de las diferencias o simpatías que se pudieran tener con el kirchnerismo, la postura del sindicato de camioneros y el paro nacional llamado para el próximo miércoles constituyen claramente medidas poco inocentes. Moyano y el Gobierno se han distanciado de manera notoria desde el fallecimiento de Néstor Kirchner, hoy los partidos de fútbol y las fotos con Scioli tampoco son meras casualidades. No es muy complicado percibir que intereses se apilan detrás del gobernador bonaerense.

Es cierto que hay límites y contradicciones epocales, pero no podemos extraviarnos ni caer en la ingenuidad política apoyando un supuesto “reclamo sindical” ante quienes buscan retrotraer la agenda política argentina y reconstituir un entramado neo conservador. Es el momento propicio para avanzar en la democratización de los sindicatos, en la discusión de una reforma tributaria progresista y en un nuevo entramado ferroviario para todos los argentinos. Los buitres y las corporaciones están al acecho, contando ahora con los camiones de teflón a su servicio.


GRUPO 83

COMUNICADO - Bahía Blanca, jueves 21 de julio de 2012