“la dictadura implementó, paralelamente, un
orden legal de facto mediante el cual pretendió otorgar ‘legitimidad’ a su
accionar. A pesar de que muchos de los integrantes del Poder Judicial fueron
destituidos de sus puestos, encarcelados y en algunos casos asesinados, la
dictadura no ‘fundó’ un nuevo Poder Judicial, sino que se montó sobre la
estructura ya existente, maximizándola en función de sus propios objetivos e
intereses.”
De esta forma Lucía Castro sintetiza el entramado judicial de
la última dictadura cívico - militar en su artículo “La deuda pendiente: cómplices y garantes de la dictadura”. En
nuestra Bahía Blanca esta historia de íntimas complicidades tuvo nombres
propios. El juzgado encabezado por Guillermo Madueño fue la pata legal de la
represión en nuestra ciudad entre 1975 y 1978.
Como bien señala el periodista Diego Martínez “El juez Madueño era el encargado de
rechazar los hábeas corpus presentados por los familiares de los secuestrados,
entregarles los cadáveres ametrallados o calcinados, ordenar seccionar las
manos de los supuestos NN para luego simular su identificación y por fin
sobreseer y archivar en tiempo record las causas por los fusilamientos que las
Fuerzas Armadas difundían como enfrentamientos”
Es ya conocido que el propio general Vilas reconoció que
Madueño se reunía durante la dictadura en la casa del general Azpitarte, Jefe
del V Cuerpo de Ejército. Las propias palabras de
Vilas fueron claras: “Mi relación era con
el juez federal de esta ciudad, doctor Guillermo Federico Madueño. Nos
reuníamos en compañía de nuestras esposas en el domicilio del general
Azpitarte, ubicado en el barrio Palihue. Las señoras se iban al comedor
mientras el juez, el general y yo permanecíamos en el living conversando
secretamente de todo lo que acontecía en la subzona 51 contra la subversión y
el terrorismo, lo que dio intervención al doctor Madueño a hacer la
investigación en la Universidad Nacional del Sur.” Vale recordar que los
secretarios del Juzgado Federal N° 1 por esos años fueron el Dr. Hugo Mario
Sierra y la Dra. Gloria Girotti.
El pasado
miércoles 23 de Mayo, el Consejo Superior Universitario de la UNS, institución
en la que Girotti se desempeña como profesora, dio continuidad por unanimidad
al expediente por el que se consustanció el pedido de elevación a Juicio
Académico iniciado por numerosos docentes y alumnos. Girotti tiene una serie de
imputaciones en su contra por delitos de Lesa Humanidad, lo que ha llevado al
fiscal Abel Cordoba a pedir su detención.
La
Universidad Nacional del Sur pareciera tener una actitud esquizofrénica ya que
hace doce meses había revalidado por siete años los cargos docentes de la
abogada. De la misma forma que mantiene sin problema alguno en sus cargos a
personajes vinculados estrechamente con la noche dictatorial, mientras que en
la sede de Colón 80 se lleva a cabo el juicio a los genocidas.
Por
momentos pareciera que la Universidad nunca fue exorcizada del fantasma de
Remus Tetu…
GRUPO 83