Hay un antes y un después
en Latinoamérica. A fines de los años 90 la figura del comandante
Hugo Chávez parecía salida de las mejores páginas de la historia
de nuestra Patria Grande. Caminaba casi en soledad sobre un
continente arrasado por las políticas neoliberales que hambrearon
pueblos y sojuzgaron naciones enteras. Decimos casi en soledad porque
Cuba y su Revolución se mantenían firmes en la resistencia férrea
a las políticas imperiales.
Pese a la reacción
oligárquica, el verbo se convirtió en acción revolucionaria y el
actual contexto regional signado por procesos políticos progresistas
y emancipadores es impensable hoy sin los cambios llevados a cabo por
Chávez y la Revolución Bolivariana.
Se nos va uno de los
grandes hacedores de la unidad continental; un compañero pulido a
imagen de San Martín, Bolívar, Martí, Zapata, Sandino y el Che; un
firme defensor del socialismo cómo único camino en la emancipación de
nuestros pueblos.
El odio y el rencor de
una derecha que brinda por la muerte y ha gritado “¡Viva el
Cáncer!” nos afirma aún más en la defensa de los tiempos de
cambio que vivimos los latinoamericanos. La derecha hoy no llora,
pero los pueblos decimos ¡Ni un paso atrás!
¡Hasta siempre
Comandante!
GRUPO 83