Se
cumple un nuevo aniversario del golpe genocida perpetrado el 24 de
Marzo de 1976 que condujo a la dictadura cívico militar más
sangrienta de nuestra historia. El terror tuvo su prólogo de
violencia y persecución ideológica de la mano de la Triple A. Cómo
señala Rodolfo Walsh en su “Carta Abierta a la Junta Militar”
las Fuerzas Armadas derrocaron
a un gobierno del que ya formaban parte, a cuyo desprestigio habían
contribuido como ejecutores de su política represiva, y que en todo
caso lo que liquidaron no fue el mandato transitorio de Isabel
Martínez sino la posibilidad de un proceso democrático donde el
pueblo remediara males que los militares continuaron y agravaron.
El
exilio, la tortura, la desaparición que sufrieron miles de
argentinos terminó siendo meramente una cara macabra de la moneda
que se completaba con el programa socio económico articulado por
José Alfredo Martínez de Hoz. Nuestra Argentina actual fue parida
así por la dictadura y moldeada culturalmente por el menemismo, los
años 90 completaron el camino de entrega trazado por los genocidas.
No
podemos perder en el análisis la perspectiva regional, que tuvo en
el Plan Cóndor su expresión más terrorífica. Las dictaduras
asentadas en nuestra Patria Grande vinieron a ahogar los procesos
populares de emancipación y gesta revolucionaria que vivía todo
nuestro continente, bajo el guiño y la coordinación directa de los
Estados Unidos. Es por eso que nos indigna la provocación del
macrismo con la visita del presidente Barack Obama en su carácter de
representante del Imperio en el marco de una fecha tan dolorosa para
el Pueblo Argentino.
Los
avances en materia de Derechos Humanos y de recuperación de las
banderas de Memoria, Verdad y Justicia en los últimos años son
innegables, y aún así falta mucho por recorrer. Pero vivimos una
coyuntura compleja para el campo popular frente a un gobierno de
derechas que pretende retroceder en cada conquista obtenida. Mauricio
Macri y la canciller Susana Malcorra han llevado a la República
Argentina a un realineamiento con los Estados Unidos en una especie
de deja vu de las relaciones carnales que ya padecimos todos los
argentinos. La visita a Davos, la postura contra Venezuela, el
menosprecio a la CELAC, el regreso al FMI como auditor de la economía
nacional y finalmente la entrega de la soberanía a los Fondos
Buitres son pruebas contundentes del rumbo y los intereses del
gobierno del PRO.
Hoy
más que nunca decimos
Juicio
y castigo a todos los culpables
Cárcel
común a todos los genocidas
No
nos olvidamos de Jorge Julio López
30.000
compañeros desaparecidos ¡PRESENTES!
Grupo
83
en
Solidaridad + Igualdad