La
violencia contra las mujeres por su condición de género constituye
una clara violación a los derechos humanos. Los femicidios, una de
las formas más extremas de violencia, conforman un claro ejemplo de
la naturalización de la misma dentro de una sociedad que se funda
en un modelo patriarcal y sexista.
Es
urgente romper con este orden preestablecido que lleva a la
degradación y sufrimiento de la mujer a través de la violencia y
los abusos de cualquier naturaleza y tipo y que en muchos casos
culmina de manera definitiva y terrible: con la muerte de una amiga,
una hermana, de tu vieja, de tu hija o tal vez de tu novia o
esposa.
NI
UNA MENOS. Digamos basta de violencia contra la mujer, no a la trata
de personas, justicia por todas las mujeres asesinadas a lo largo y
ancho del país. Paremos los femicidios.
“Ni
sumisa ni devota, te quiero libre, linda y loca”.