No podemos creer que sean casuales las declaraciones públicas del intendente Gustavo Bevilacqua agradeciendo el rol en el tratamiento del presupuesto municipal del diputado y principal referente del Frente Renovador Sergio Massa.
Las provocaciones de Bevilacqua han sido constantes desde que su jefe político, Dámaso Larraburu, se convirtió en el principal armador del massismo en Bahía Blanca y la sexta sección electoral. La práctica ausencia del por entonces intendente interino y la inexistencia de campaña alguna del FPV en la ciudad, tanto en las PASO como en las elecciones generales, fueron signos que demarcaron claramente para quienes pensaba jugar el elenco municipal. A eso se sumaron las declaraciones posteriores al alegrarse y sostener que “Larraburu es el principal ganador de las elecciones en la ciudad”
El Frente Renovador claramente plantea una agenda neo conservadora con la que se encuentran totalmente cómodos los factores de poder que lo respaldan y aquellas figuras que representan las peores prácticas de la cultura política argentina, de ahí que nadie puede sorprenderse por la presencia de uno de los barones del conurbano más significativos: Raúl Othacehé.
Todos sabemos muy bien a qué actores económicos y sociales representa el larraburismo. Gustavo Bevilacqua era un total desconocido para los bahienses cuando se sentó en el Sillón de Bordeu, alguien que entró por la ventana sin contar con los votos de los bahienses, rompiendo las reglas básicas de la institucionalidad democrática. De la misma forma recordamos el golpe de palacio que terminó con la destitución de Rodolfo Lopes.
El discurso anti político del Intendente al desmerecer el debate que se está dando en el HCD en torno a la suba arbitraria y desmedida del boleto colectivo, es otro de los signos claros del porque su gestión se enmarca en el massismo. Sólo queda el paso meramente formal, Gustavo Bevilacqua ya es el Intendente Número 23 del Frente Renovador.
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