“En
esas vísperas, ya la sociedad argentina se había convencido de que
terroristas y guerrilleros del ERP, de los montoneros y de otras
bandas perseguían un mismo propósito: destruir o disolver el orden
social vigente, para instaurar después su propia dictadura (…)
Sólo
un rumor, todavía incierto, quedaba para la esperanza: la
intervención abierta de las Fuerzas Armadas. De ahí que, al hacerse
cargo del gobierno, fueran saludadas por la unanimidad de la opinión
y se les otorgase tácitamente la más amplia libertad en los
procedimientos a aplicar como remedio heroico. Nadie se opuso, nadie
objetó; ni el pueblo ni los partidos políticos, oficialistas u
opositores. Salvo los terroristas y guerrilleros que sintieron llegar
el ocaso de la impunidad que habían gozado hasta entonces”
La
Nueva Provincia – Editorial del 24 de Marzo de 2004.
Coherencia,
si algo ha caracterizado a la familia Massot a lo largo de todos
estos años ha sido la coherencia. Coherencia en defender los
privilegios, coherencia en aplaudir cada uno de los golpes de Estado
que azotó nuestro país, coherencia en amparar los crímenes
cometidos por la dictadura genocida, coherencia en oponerse
fervientemente a cualquier proceso político popular.
Cada
una de las páginas del diario “La
nueva provincia”
se encuentran manchadas con sangre. Resuena sin lugar a dudas el
asesinato de dos de sus obreros gráficos: Enrique Heinrch y Miguel
Angel Loyola, cómo también el de cada uno de los compañeros
desaparecidos, cuyos crímenes fueron aplaudidos por “La
Nueva”
presentando alegremente en sus tapas los falsos enfrentamientos, que
no eran otra cosa que fusilamientos encubiertos.
El
apellido Massot corta transversalmente los últimos 60 años de la
historia política de Bahía Blanca, simbolizando como pocos el
entramado de poder que ha construido esta ciudad desigual y al
servicio de unas minorías privilegiadas. Los vínculos con el poder
militar, eclesiástico y político de los Massot son conocidos por
todos y le han permitido durante años amasar una serie de
importantes negocios.
De
esta forma los Massot conformaron un multimedios de gran influencia
en la ciudad a partir de hacerse cargo del diario en los años 50 con
la dirección de Diana Julio de Massot, y sumando luego LU2, Canal 9,
Cable Total, entre otros, a su red de medios.
Es
necesario remarcar que en su “lucha
contra la subversión marxista” y
en “defensa
de la patria”
se llegó a imprimir en las rotativas del diario la revista fascista
Cabildo, uno de sus editores fue el propio Vicente Massot, ex vice
ministro de defensa de Carlos Menem. Esta publicación del
nacionalismo católico, caracterizada por su anti semitismo y perfil
ultra nacionalista, llegó a correr a la propia dictadura por
derecha, criticandola por su “tibieza” para solucionar los males
del país.
También
caber recordar que el actual intendente en uso de licencia, Cristian
Breitenstein, reconoció públicamente sus charlas y encuentros
recurrentes con Vicente Massot, preguntándose si esto tenía algo de
malo ya que para él es un importante empresario de la ciudad con el
que había que dialogar. Se entiende así la sintonía entre su
administración y la ideología emanada por “La
Nueva Provincia”,
como el trato privilegiado que se le ha dado siempre desde el
multimedio.
La
“Bahía
del Silencio” o
la “Bahía
Gris” poco
a poco va corriendo su manto de impunidad. Para cambiar la matriz de
injusticia que atraviesa nuestra ciudad es necesario entender el
papel central que ha desempeñado y juega hasta el día de hoy la
familia Massot. Las cosas deben ser llamadas por su nombre y algún
día deberán responder ante los ojos de la justicia democrática.
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