domingo, 26 de junio de 2011

Huella de la Memoria - UNS


-Luis Jesús García “El Negrito”, obrero de 18 años, militante del PRT, asesinado por la Triple A el 22 de septiembre 1974.
-Carlos Alberto DAVIT “El Pelado”, estudiante de la UNS, militante de la JUP asesinado por la Triple A el 20 de noviembre de 1975.
-Orlando Walker y Hugo Ardiles, obreros de la construcción, asesinados por la Triple A el 24 de julio de 1975 y cuyos cuerpos aparecieron en el empalme de las rutas 33, 35 y 3 sur.
-Juan Carlos Pradanos, Daniel Riganti y Néstor Del Río, docentes y no docente de la Universidad Nacional del Sur, secuestrados y asesinados en marzo de 1976 en nuestra ciudad.
-David Cilleruelo WATU, estudiante y militante universitario de la Federación Juvenil Comunista, asesinado por los matones de la Triple A el 3 de abril de 1975 en las instalaciones de la Universidad Nacional del Sur.
-Mario Oscar Golberg, Hugo Alberto Vita y Nélida Ester Guiorzzo, asesinados por los matones de la Triple A el 29 de octubre de 1975, en el Paraje Landa a unos 15km del centro de Bahía Blanca por la ruta nacional N° 35
- José Surace, Julio García y Gabriel Ganuza, estudiantes de la UNS y militantes peronistas, asesinados por la Triple A el 6 de diciembre de 1975, en el km 102 de la ruta 35 en proximidades de la localidad de Rivadeo

Estos son los nombres de las primeras Huellas de la Memoria que hemos emplazado en la ciudad de Bahía Blanca. Se trata de compañeros y militantes asesinados por el terrorismo de Estado en nuestro país. Estamos hablando de nuestros vecinos, de nuestros compañeros, de nuestros familiares. Nos referimos a un nosotros colectivo porque somos parte y herederos de los sueños y las esperanzas de cada uno de los 30.000 desaparecidos. Utopías que fueron la causal de su secuestro y asesinato. Banderas a las que no renunciaron por creer y militar incansablemente para la construcción de una sociedad sin opresores ni oprimidos.Quisieron callar a sangre y fuego los sueños de toda una generación.

A más de 35 años del inicio de la última dictadura cívico militar observamos como renacen cotidianamente aquellas utopías en cada militante que hoy pelea por la construcción de una Argentina igualitaria sobre la base de la Memoria, la Verdad y la Justicia.El 2 de Marzo de 1975 el ex rector interventor Remus Tetu, al asumir su cargo contaba con un aparato extrainstitucional conformado por grupos parapoliciales integrados por miembros de la CGT regional al mando de Rodolfo Ponce. En nombre de “la seguridad del país y de su paz interior” hablaba de una inmediata “depuración” de “todo lo tendencioso, unilateral y partidista” y desataba una serie de crímenes políticos al considerar que era necesario extirpar los “elementos subversivos” de la Universidad. Tetu era parte de la misión Ivanissevich y significó el comienzo de la política autoritaria y represiva hacia las Universidades bajo el gobierno de Isabel Perón. En todo el país la violencia se apropiaba de los claustros, siendo desplazadas muchas de las autoridades universitarias por interventores que se rodeaban de grupos parapoliciales con el objetivo político de perseguir la actividad de los estudiantes, no docentes y profesores.

Por eso creemos que es significativo que la misma universidad, que sufrió en carne propia el terrorismo estatal, sea a partir del próximo martes 28 de Junio la sede de los Juicios por delitos de Lesa Humanidad al primer grupo de genocidas que actuaron en jurisdicción del Comando del V Cuerpo de Ejército desde el Centro Clandestino de Detención “La Escuelita".

Un camino de años que fue transitado por muchos militantes, algunos que hoy ya no nos acompañan como Ernesto Malisia. Sendero que estuvo plagado de leyes de impunidad que fueron enfrentadas tenazmente por amplios sectores que nos negamos a las políticas del silencio. Hay nombres propios en todo este camino como el de Hugo Cañon y Celia Korsunsky que deben tener el merecido reconocimiento, fundamentales para que todos hoy podamos vivir este necesario y reparador Juicio.

Pero también la impunidad tiene nombres propios, y estando hoy en la Universidad Nacional del Sur, debemos hacer mención a los ex secretarios del Juez de la dictadura Guillermo Federico Madueño, uno de los imputados en esta etapa del juicio que falleció impunemente. Estamos haciendo referencia a los actuales profesores: el abogado Hugo Sierra y la abogada Gloria Girotti, esta última ratificada vergonzosamente en su cargo semanas atrás.Hoy estamos inaugurando una nueva Huella de la Memoria que marca el inicio de los Juicios y la sala donde se dictará Justicia.

Creemos que el conocimiento del pasado es un elemento fundamental en las políticas de la memoria tendientes a no olvidar. Frente a la construcción de "olvidos públicos" como política estatal, vemos la necesidad de articular formas rememorativas sobre nuestro doloroso pasado en las que se le otorgue sentido, en las que se pueda hablar de un trabajo activo de la memoria, determinándose las responsabilidades que llevaron a la desaparición de 30.000 compañeros.

Bahía Blanca se debe una reparación a su propio pasado. Entendemos que el rescate de las huellas es parte de una lucha por nuestra identidad, un retorno a esos sueños destruidos y proyectos naufragados de toda una generación. La colocación de estas huellas implica el reconocimiento por parte del Estado no sólo de sus responsabilidades sino la sedimentación de una memoria colectiva que reclame por verdad y justicia.