Los recientes
nombramientos de Juan José Gómez Centurión como titular de la
Aduana y de Aldo Rico como Secretario de Seguridad del Municipio de
Jose C. Paz son una señal de alerta para nuestra joven Democracia.
No podemos naturalizar los nombramientos de ex carapintadas que se
levantaron en armas contra nuestro sistema democrático, buscaron
extorsionar al presidente Raúl Alfonsín y al conjunto del pueblo
argentino.
Tanto Mauricio Macri
(PRO) como Mario Ishii (FPV) le faltan el respeto a las instituciones
democráticas y a nuestra memoria histórica. Gómez Centurión ha
declarado que los levantamientos carapintadas fueron “un
movimiento interno gremial” ¿Es posible que estos individuos
ocupen cargos de responsabilidad institucional? ¿Las fuerzas
democráticas se mantendrán en silencio bajo el pretexto de un
discurso hegemónico que pretende “cerrar la grieta”?
Cultores
de un nazionalismo cavernícola, la concepción totalitaria que
pregonan atenta contra las bases de nuestra vida democrática. ¿O ya
nos olvidamos de la gestión Rico a cargo del Ministerio de Seguridad
con Carlos Ruckauf? ¿No es el mismo Rico que amenazaba a periodistas
diciéndoles “les
voy a mandar a la policía para que los persiga”?
Si
dirigimos la mirada al Gobierno Nacional o a la Provincia de Bs As
los nombres del equipo de Cristian Ritondo y Patricia Bullrich beben
en las mismas fuentes ideológicas. Carlos Manfroni, flamante
subsecretario de asuntos legislativos del Ministerio de Bullrich ¿es
el mismo apologista de la dictadura que escribía en la Revista
Cabildo? ¿El mismo que escribió que “el
demonio a través del progresismo hostiga a la Iglesia con las
tentaciones del desierto que Cristo rechazó y el judaísmo aceptó”?
¿O el que sostuvo que “la
filosofía del rock conduce al deseo desesperado de la muerte e
induce al suicidio, como lo demuestran las letras de las canciones de
Charly García, Spinetta y Moris. Ofrece la posibilidad de
convertirse en un animal o un marica”?
El autoritarismo se disfraza hoy con globos de colores.
Hay un corrimiento
ideológico peligroso. Ya vimos durante los últimos días la visión
del Estado que tiene CAMBIEMOS, lo que ha llevado a muchos analistas
a hablar de “ceocracia”, prácticamente como gobierno de
las corporaciones. El poder atendido por sus propios dueños. La faz
represiva es meramente la otra cara de la misma moneda.
Aun pecando de
ingenuidad, esperamos que ese discurso social que podemos denominar
como “segurismo” no recaiga en nuestra ciudad.
GRUPO
83
en
Solidaridad + Igualdad